miércoles, 19 de enero de 2011

UN DICTADO MAS QUE ORIGINAL

Un buen día llegamos todos a clase de Irune con la expectativa de a qué nuevo reto nos íbamos a enfrentar, la actividad que ella propuso fue: un dictado. En un principio todos pensamos en aquellos días de clase en los que la profe te invitaba a realizar esta actividad que luego sería examinada con lupa y tras esta corrección tendrías que copiar en una hoja diez veces cada palabra que hubieses escrito mal, por lo que en un principio nadie mostro un especial interés. Así Miriam fue la seleccionada para llevar las riendas de esta actividad, para nuestra sorpresa, cuando Irune le entrego el papel donde estaba el dictado Miriam dijo: “Pero y que digo yo de esto”. En ese momento las caras de la clase cambiaron de la apatía a la sorpresa, Irune lo había conseguido una vez más estábamos estupefactos. Seguidamente Miriam empezó a decir como teníamos que colocar la hoja y siguió diciendo que teníamos que realizar unas líneas en el papel. Entre la impotencia de Miriam y nuestro estado de shock aquello parecía el típico programa de viernes noche donde nadie sabe quien está preguntando, quien responde, cual es el fin… Solo había una persona que estaba contenta con lo que veía, Irune. Ella pretendía hacernos ver que para conseguir la información que deseas, eres tu el que tienes que saber preguntar y no el otro el que te tiene que decir cómo hacer las cosas, porque cada uno tiene un punto de vista, lo que se vio reflejado cuando acabó el dictado y vimos los dibujos de los demás. Y así fue como Irune convirtió la aburrida y pesada concepción de un dictado en otra bastante más divertida y llevadera

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