miércoles, 19 de enero de 2011

LEYENDA

Esta historia data del siglo IX d.C. y cuenta la historia de unos vikingos. En los siglos IIIV y IX d.C. los vikingos invadieron gran parte de Europa, tanto Carlomagno como Inglaterra pueden hablar perfectamente de la ferocidad de estos vikingos. Aproximadamente en el año 856 los vikingos empezaron a explorar nuevos horizontes y aquí es donde se centra este relato.
Rogaland, Dinamarca 973 d.C. Un grupo de veinte hombres parten rumbo a tierras extranjeras con el fin de obtener riquezas y víveres. Al mando de las operaciones se encuentra Erik el Rojo y navegan el más rápido de los drakar que existen, por lo que podría ser considerado el navío mas rápido sobre la faz de La Tierra. A bordo de este navío encontramos hombres que destacan en diversos aspectos a los cuales nombraremos por sus apodos: Audgi (el rico), poseía grandes riquezas pero su ambición era insaciable al igual que la de Kappi (el Campeón), que buscaba rivales dignos para competir en la guerra, ya que él era el más fuerte de los vikingos. Durs (el gigante) de unos dos metros y veinte centímetros, sobran las palabras, Raudi (el rojo) mano derecha del gran Erik debido a su gusto por los derramamientos de sangre, y por ultimo tenemos a Frodi (el sabio) apoyo inestimable para Erik y a Mjoksiglandj (el viajero) que guiara en navío gracias a su experiencia.
Nuestro viaje comienza en Dinamarca y el destino de nuestros amigos pretendía ser Groenlandia la que ya habían visitado en numerosas ocasiones, previo paso por Escocia donde saquearían algunas aldeas celtas. La travesía desde Dinamarca a Escocia se realizo en la época estival para evitar los grandes bloques de hielo y les llevo unos dos meses aproximadamente. Una vez allí saquearon unas veinte aldeas a lo largo de la costa. Cuando saciaron su sed de sangre y riquezas continuaron su viaje hacia Groenlandia. Pero una fuerte tormenta eléctrica descargo un rayo sobre el mástil provocando el hundimiento del barco, el único superviviente fue Audgi (el rico), que llego a la costa de Yorkshire, prácticamente muerto de inanición. Falleció a las pocas horas agarrado a un cofre que contenía algunas de sus innumerables posesiones.
Hoy en día en la zona de Islandia cuando los atardeceres tiñen de rojo el cielo, los padres aprovechan para mandar a sus hijos pronto a la cama, y disfrutar de un rato de soledad, diciendo a los niños que si no se duermen Erik vendrá y se los llevara con él para navegar por siempre en su fantasmagórico navío.

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